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CHILE SIN FERIA JUDICIAL: “UN SERVICIO CONTINUO OTORGA MAYOR EFECTIVIDAD”

El secretario de la Corte Suprema, Jorge Saez Martín, relató la experiencia chilena en la eliminación de la feria judicial. Cómo se implementó el cambio en 2014, de qué manera se reorganizaron los tribunales y qué beneficios concretos se obtuvieron.

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  Radio Rivadavia

El secretario de la Corte Suprema de Justicia de Chile, Jorge Saez Martín, compartió la experiencia de su país con la supresión de la llamada feria judicial, una medida que hoy forma parte del debate público en San Luis en el marco de la propuesta de reforma judicial impulsada por el gobernador Claudio Poggi.

Actualmente, en San Luis, la feria judicial se extiende durante 45 días al año —30 en verano y 15 durante el receso invernal—, y durante ese período solo se atienden causas urgentes, mientras que el resto de los trámites se paraliza.

El periodista Emiliano Pascuarelli entrevistó a Saez Martín en el noticiero central de San Luis +. A continuación, los principales conceptos de la entrevista:

– ¿Qué llevó a tomar esta decisión y cómo comenzó este proceso de suprimir la feria judicial allí en Chile?

– La verdad es que la supresión de lo que nosotros llamamos el periodo judicial no es sino la consecuencia de una serie de medidas que se adoptaron en Chile a partir de fines del siglo pasado que tenían por objeto mejorar el funcionamiento de los tribunales, la gestión y, particularmente, mejorar el acceso a la justicia de las personas, haciendo realidad el derecho a la tutela judicial efectiva.

Entre esas decisiones están, por supuesto, los cambios procesales que significaron modificaciones en los procedimientos, que lo convirtieron de procedimientos escritos a procedimientos orales, acercando a los jueces a la ciudadanía y a lo justiciable, mejoras en la gestión de los tribunales, particularmente la gran transformación que se hizo a principios del dos mil, incorporando gestores profesionales en los tribunales, de modo tal que los jueces dejaron de ser los gerentes de los tribunales para pasar a ser gerenciados por administradores profesionales.

Y eso significó un cambio de perspectiva importante porque el foco fue puesto en satisfacer las necesidades de los usuarios, de modo tal que la supresión del periodo judicial no fue más que la consecuencia de esa óptica de análisis y de mejora de la gestión.

– ¿Hubo resistencia en este proceso?

– Yo diría que no. Si la hubo, fue muy escasa, porque desde luego fue una iniciativa de la propia Corte Suprema de Chile la que instó a generar un debate para eliminar el periodo judicial, y si a alguien le podría afectar el periodo judicial era precisamente a los tribunales, de modo tal que al ser una iniciativa de los propios tribunales, la verdad es que disminuyó cualquier resistencia. En general, había ventajas no solo para los tribunales. Insisto, la óptica de la mejor prestación de servicio a los usuarios demandaba este cambio y también yo diría que los abogados reconocían que esta institución no tenía ningún motivo para perjudicar en el clima.

– ¿Cómo ha sido y cómo han notado ustedes el cambio durante el antes y el después?

La verdad es que solo han sido beneficios. A ver, para ponerlo en paralelo, cuando las personas tienen derecho a la salud, sería inaceptable que un hospital cerrara en determinada época del año porque esas necesidades no se concentran en el resto del periodo y se pueden postergar. Lo mismo pasa con el derecho a la tutela judicial efectiva. Las personas tienen problemas o conflictos y deben ser resueltos en el momento en que se producen y eso puede ocurrir en cualquier momento del año.

En segundo lugar, si es que había algún beneficio para los funcionarios, la verdad es que esto estaba acotado a cierto tipo de tribunales. La mayoría de los tribunales no estaban sometidos al periodo judicial, ni los juzgados de familia, ni los juzgados penales, ni los juzgados del trabajo dejaban de funcionar en ningún periodo del año. De modo tal que esto estaba acotado a los procesos civiles, exclusivamente civiles, es decir, cuestiones más bien patrimoniales. Pero asumir que en esos casos era posible el feriado judicial es no entender la dinámica y los efectos que producen los conflictos civiles; las inversiones de los actores económicos y el empleo está condicionado a la solución de muchos conflictos civiles, de modo tal que también son casos urgentes, aún cuando puedan advertirse como tales.

– ¿Cómo funciona ahora el periodo de vacaciones también de los actores judiciales en Chile?

– Bueno, como en cualquier empresa, las vacaciones se organizan en los tribunales y eso significa que las personas salen de vacaciones no sólo en el periodo estival, sino que pueden salir en cualquier época del año y la demanda allí es que los gestores de los tribunales planifiquen las vacaciones del personal y el Poder Judicial tiene recursos para de algún modo reemplazar a una parte al menos del personal que sale de vacaciones para que el tribunal pueda seguir funcionando de manera más o menos normal.

– ¿Hoy el ciudadano chileno tiene acceso ininterrumpido a la justicia durante todo el año, es decir, no hay atrasos?

– Bueno, el atraso hoy día, lo que vivimos básicamente debido al efecto de la pandemia, que estamos trabajando para superarlo, pero yo diría que antes de la pandemia los tiempos de respuesta eran tiempos bastante razonables.

– ¿Se aplicó en todo el país?

– Sí, y de manera inmediata. Esto fue aprobado en una ley de septiembre del 2014 y ya en febrero, que era el periodo en que nosotros teníamos el periodo judicial, en febrero del 2015 se hizo efectivo inmediatamente. Ahora, ¿de qué manera se hizo efectivo? Básicamente estableciendo en todas las unidades judiciales sistemas de turno, porque desde luego que la mayoría de la gente sigue saliendo de vacaciones en periodo estival, pero estableciendo sistemas de turno, coordinando, planificando, de modo tal que no todo el tribunal saliera en la misma fecha ni quedara una dotación 100% de reemplazo, de modo de graduar un poco la salida de las personas.

Nuestra costumbre en Chile es salir de vacaciones en enero y febrero, masivamente, pero hay gente que sale en otros periodos del año. De modo tal que teníamos dos meses para planificar esas vacaciones y estimular de algún modo a los funcionarios que salieran de otros periodos para desconcentrar esa salida.

– ¿Este cambio era un pedido de la sociedad chilena?

– Yo creo que la sociedad no se manifestó de manera organizada para eliminar la feria judicial y más bien fue una iniciativa de la propia Corte Suprema. De hecho, para los abogados que se dedican a los asuntos civiles, el feriado judicial podría constituir una ventaja, porque no cabe duda que en la medida en que los tribunales cierran, ellos tienen la tranquilidad y que los plazos no les van a correr, no van a estar obligados a presentar solicitudes ni esperar resoluciones determinadas en ese periodo. Pero hay formas de organizar, sí, y ellos también se adecuaron para que funcionara.

– Después de la supresión de la feria judicial, ¿tiene Chile un servicio más efectivo de la justicia?

– Yo diría, un servicio continuo de justicia y eso, por supuesto, que le otorga mayor efectividad. Las personas no temen que en algún momento puedan ir a los tribunales y encontrarse estos cerrados. Los tribunales van a estar siempre abiertos para recibir las solicitudes de las personas y actuar en los casos particularmente urgentes que los conflictos judiciales motivan, ¿no? Esa actuación.

Como cualquier servicio, porque nosotros entendemos que el servicio de justicia es un servicio también de primera necesidad, tanto como lo es la salud, tanto como lo es la educación u otros servicios que puede proveer el Estado.

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