EL PROGRAMA ALIMENTARIO NUTRICIONAL ESCOLAR LLEGÓ EN SU PRIMER AÑO AL 100 PORCIENTO DE LOS ALUMNOS DE SAN LUIS
El Gobierno provincial alcanzó a todos los chicos de los establecimientos públicos con el desayuno y a la mitad con el almuerzo. A la par de contribuir a una mejor nutrición, determinante para el desempeño, impactó de manera positiva en disminuir el ausen
Humeantes, coloridos, con olor rico. Así llegan los platos o las bandejas a los pupitres. No se trata de una tarea, una lección, mucho menos de una prueba. Es uno de los momentos de mayor alegría dentro de la escuela. Se trata de la comida, el desayuno, almuerzo o merienda que llega a miles de alumnos en toda la provincia con un único propósito: que no haya hambre entre ellos, que se alimenten como Dios manda y de ese modo estén más concentrados, participen en clase y aprendan lo que sus maestros o profesores les enseñan. Todo eso es el PANE –que paradójicamente significa pan en italiano- el Programa Alimentario Nutricional Escolar que impulsó el Gobierno de Claudio Poggi apenas asumió y que en pocas semanas cumplirá un año de labor y asistencia a la totalidad de estudiantes de los tres niveles dentro de la educación pública en 107 ciudades, localidades y parajes.
A través del programa, más de 111 mil chicos reciben el desayuno y unos 55.000 almuerzan en los comedores o aulas de sus escuelas y el total de la matrícula pública de la provincia desayuna o merienda a la par de sus compañeros. La idea surgió a partir de que 7 de cada 10 estudiantes quedaron bajo la línea de la pobreza en los últimos años. Para peor, pocas semanas después de asumir la actual administración, un estudio detallado que realizó el ministerio de Educación reveló que el 35% de los alumnos del Primer Ciclo Básico no comprendían lo que leían. Una de las posibles razones de semejante estadística era su mala alimentación.
En las escuelas públicas de San Luis, hasta diciembre de 2023, el único sustento alimenticio era la copa de leche (compuesta por productos industrializados) y con la problemática que ese subsidio que llegaba a través de las cooperadoras de las escuelas excluía a aquellas rurales o de pocos alumnos que no lograban conformarlas. Lo mismo ocurría con aquellas que, por problemas burocráticos, no tenían vigente su cooperadora.
“El contexto social grave, hizo que también tuviéramos que priorizar políticas públicas de contención social. Y priorizamos la alimentación nutricional escolar de nuestros niños. Un niño con hambre no aprende, no comprende, lo condenamos a no tener la educación que necesita para su futuro”, sostuvo el gobernador el 1° de abril ante la Asamblea Legislativa.
Por eso diseñó un plan para que todos los alumnos de escuelas públicas pudieran alimentarse de manera nutritiva, todos los días de clase, bajo un programa que llegara a todo el territorio y que tuviera a los directores de cada escuela como grandes colaboradores y garantes.
Según un estudio realizado por la cartera educativa, en la actualidad, gracias a un trabajo en conjunto de la Comisión PANE -integrada por los ministerios de Educación, Desarrollo Productivo, Salud y Desarrollo Humano- el 100% de la matrícula de estudiantes de todos los niveles y modalidades recibe hoy desayuno/merienda y la mitad almuerzan en el ámbito escolar.
Una mejor nutrición, esencial para el rendimiento, impactó de manera positiva en disminuir el ausentismo y la deserción, según la evaluación oficial.
“Tengo que decir que, aunque es una realidad triste, nos ayudó a mejorar el presentismo haber implementado el PANE. Los directivos nos decían que los chicos se dormían o no podían estudiar o directamente no venían. Esto ayudó a que los chicos vayan a clase y estén en clase”, expresó el ministro de Educación, Guillermo Araujo.
A 11 meses de su creación, en torno a la cobertura geográfica, el PANE llega a las escuelas públicas, autogestionadas, generativas y digitales en todos los niveles de toda la provincia.
La alimentación que reciben los chicos es elaborada en el establecimiento o la reciben por medio de un proveedor que la lleva ya para servir directamente y se debe respetar los menús e instrucciones establecidas por el ministerio de Salud y el ministerio de Educación monitorea y fiscaliza el cumplimiento.
Los fondos para financiar el PANE se rea por medio de 2 formas: el Gobierno envía un subsidio trimestralmente a las cooperadoras y ellas a su vez rinden cuentas –con toda la documentación da de sus gastos- de acuerdo a lo que establece la Ley de Contabilidad, Administración y Control Público.
Además, el ministerio de Educación firmó un convenio con Sol Puntano Sapem, empresa del Estado, desde la que giran los fondos para que se cumplan los pagos a proveedores, quienes facturan los productos o servicios realizados en torno al PANE. En su mayoría, las mercaderías, carnes, verduras y panificados que se distribuyen en los establecimientos son a granel bajo estrictas normas de seguridad alimentaria.
En las escuelas son los directores quienes determinaban la modalidad para servir la comida, según la infraestructura edilicia y su logística.
Respecto a desayunos/meriendas en un 95% se entrega en el aula donde los estudiantes están sentados en sus pupitres. En el caso del almuerzo un 30% de los establecimientos educativos cuentan con una sala comedor o SUM adaptada, donde concurren por nivel o grados a distintos horarios y en su mayoría también consumen los alimentos en sus pupitres.
Productos y comidas bajo controles
Darle de comer a miles de chicos y adolescentes en toda la provincia y que su salud no se vea perjudicada por ningún manejo erróneo de los alimentos o de su modalidad de cocción es una responsabilidad gigantesca. Por ello, según revelaron desde el ministerio de Educación, los controles son de “alta exigencia” para los proveedores. No solo aquellos que venden las materias primas, sino también en aquellos que llevan los almuerzos ya cocinados y listos para servir. Lo mismo ocurre con los establecimientos que poseen cocina y preparan allí mismo las comidas.
Por otro lado, la comisión PANE se reúne cada dos semanas para evaluar las actividades y analizar mejoras en todos los aspectos. El equipo de trabajo desarrolla auditorías, brinda asesoramiento, ejecuta los controles y fiscaliza las labores de cada escuela a cargo de la Subdirección PANE del ministerio de Educación.
El seguimiento recae en toda la cadena que compone la provisión de alimentos y la administración de las cooperadoras de los centros educativos. A su vez, impulsa capacitaciones para que el personal a cargo de los insumos en casa escuela obtenga el Carnet de Manipulación de Alimentos.
La inversión en el PANE además impactó en la economía local. Una cadena de proveedores se ocupa de la prestación de servicios.
El programa continuará durante las vacaciones.
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